Excursión a la cueva del tabaco de Camarasa
Ir a la cueva del tabaco es la excursión por excelencia de Camarasa. Sus 300 metros de desnivel y un poco más de dos horas de recorrido la hacen una excusión ideal para familias con hijos, para hacerla en primavera o otoño.
Dejamos el coche pasada la presa, yendo dirección a Cellers. Volvemos hacia atrás, ya que el camino sale del lado de la presa. El camino está muy bien marcado. La primera parte transcurre por una zona sombría y húmeda, entre una frondosa vegetación mayoritariamente arbustiva. En la segunda, ya en la cara sud de la sierra del Mont-roig, domina la roca. Aquí, tenemos unas buenas vistas sobre el desfiladero de Mu, donde se puede ver en la lejanía el castillo de Alós de Balaguer, y sobre la llanura Leridana. La parte final del recorrido está equipada con sirgas, cadenas y escaleras de hierro, tipo vía ferrata que dificultan un poco el ascenso.
La cueva está protegida contra el vandalismo con una rejas metálicas donde hay una puerta con un candado con combinación gestionado por Espai Origens.
La cueva de grandes dimensiones, tiene 130 metros de profundidad, 20 metros de altura y unos 15 metros de anchura, es una formación cárstica con estalagmitas y estalactitas. También hay unas pinturas neolíticas muy deterioradas. Es una buena idea llevar una luz para poder inspeccionar la cueva.
La Cueva del Tabaco fue declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO en 1998.
Esta aplicación a> nos permite lee el contenido de los diferentes códigos QR que hay dispuestos a lo largo del recorrido que conduce a la cueva.
Traducido del Cartel Informativo
EL CARST
La Cova del Tabac se encuentra en el término municipal de Camarasa, en el vertiente sur de los acantilados de la sierra de Mont-roig, poco después de la confluencia del río Noguera Pallaresa con el Segre y a unos 300 metros sobre el nivel del río.
La cueva tiene aproximadamente 15 metros de ancho, 20 metros de altura y 80 metros de longitud antes de cambiar de dirección hacia el norte, continuando unos 110 metros más y terminando debido al colapso del techo. Después del colapso, la cueva continúa unos 30 metros más, donde se encuentra la boca norte, llamada Cova del Pas del Sastre.
La Cova del Tabac (Camarasa) y el Avenc i Cova del Pas del Sastre (Les Avellanes i Santa Linya) forman parte de la misma unidad cárstica, parcialmente rellena de sedimentos clásticos procedentes de las riadas que entraban por la gran abertura del avenc, llegando a taponar el centro del túnel natural y con salida por la boca del Tabac.
La cueva se encuentra dentro de la Formación Calizas de las Sierras, con una antigüedad de unos 70 millones de años (cretácico superior), contiene fósiles marinos y se sitúa en los cabalgamientos de las Sierras Marginales, uno de los tres resultantes del levantamiento de los Pirineos hacia el sur.
EL YACIMIENTO
Las primeras noticias de la Cova del Tabac las proporciona Francisco de Zamora entre los años 1785 y 1790 en el Diario de los Viajes realizados a Cataluña. En el año 1880, Josep Pleyan de Porta se refiere a ella como una vivienda de la Edad del Bronce. Lluís Marià Vidal llevó a cabo excavaciones arqueológicas en los años 1892 y 1893 y recuperó materiales que serían estudiados y posteriormente publicados por otros investigadores como J. Serra Ràfols en su obra sobre el poblamiento prehistórico de Cataluña (1930) o J. Maluquer de Motes (1945).
El material recuperado por Marià Vidal indica una larga ocupación de la cueva con elementos neolíticos y cerámicas aparentemente características de este período y de fases posteriores, incluyendo fragmentos de cerámica, molinos de vaivén abundantes, percutores, hojas de sílex, un punzón de hueso, brazaletes de concha, una punta de jabalí y muchas conchas.
Algunos fragmentos de cerámica están decorados con incisiones de dedos, cordones digitados y guirnaldas, mientras que otros presentan decoración incisa con rayas y triángulos. Vidal también menciona la presencia de restos de fauna doméstica y salvaje, así como algunos huesos humanos (parietales y cráneos).
LAS PINTURAS RUPESTRES
Las pinturas rupestres de la Cova del Tabac fueron descubiertas en 1978 por Lluís Díez Coronel, quien las presentó en 1983 en el XVII Congreso Nacional de Arqueología.
Se identificaron 12 figuras pintadas: 1 trazo curvado, 1 antropomorfo que podría corresponder a un ojo, 1 esteliforme (un elemento circular del cual salen 10 rayos), 1 rectángulo radiado, 1 cuadrúpedo y varios trazos y restos de morfología indeterminada. Según la tipología de algunos elementos, como el ojo, el esteliforme y el pectiniforme, las pinturas podrían situarse cronológicamente en la Edad del Bronce.
En 1986, el Servicio de Arqueología y Paleontología del Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña llevó a cabo la documentación exhaustiva de las pinturas dentro del proyecto "Corpus de Pinturas Ruprestres de Cataluña".
En el marco del proyecto de investigación "Poblamiento humano en el Prepirineo Oriental durante el Pleistoceno Superior y el Holoceno", desarrollado por la Universidad Autónoma de Barcelona (CEPAP-UAB), en 2016 se descubrieron dos nuevas figuras pintadas que actualmente están en proceso de estudio.
En 2017, el Servicio de Arqueología y Paleontología eliminó unos grafitis que afectaban directamente a las pinturas y realizó su consolidación.